Un amigo mensajero me dijo un día, que el alma jamás
envejece. Sus sabias palabras reconfortaron mi alma, llenando de alegría todo
mi ser. Aunque mirándolo sólo veía un niño, en sus ojos veía el reflejo de su
alma, clara, limpia, bondadosa, tierna, llena de sabiduría, que me hizo
comprender que los caminos de Dios son infinitos. Y nadie es insignificante.
Con el paso de los años aún recuerdo el susurro de sus
palabras, es como una bella melodía que conforta mi alma. Dondequiera que
estés, espero que seas muy feliz, y se cumplan todos tus deseos. Te lo
agradece, tu Hermana del Alma.
Hay sueños que son profecías, otros sin embargo, sólo son
fragmentos de alguna vida pasada. Para mi ángel Carles, que siempre me lleva a
vidas pasadas, y me enseña que toda vida es merecedora de ser vivida, aunque en
ella se perezca de una manera brusca, sin llegar al final de los días.
He sido india, rusa, atlántica, irlandesa, sajona, pero la vida que más me gustó ver es un sueño que vuelve a menudo a mí, siempre con los mismos seres, que quizás hoy existan lejos o cerca de mí. Por todo ello, doy las gracias, porque me recuerdan lo feliz que fui en esa vida, llena de sabiduría, amor y sobre todo, que pude ver el alma de cada ser.
Si alguna vez tienes un sueño que quieras compartir conmigo,
deja aquí tu mensaje. Lo más seguro es que fuéramos compañeros del mismo viaje
espiritual.